martes, 21 de mayo de 2013

Crónica de la Ciudad de Quito

Analizando a este polifacético personaje contemporáneo latinoamericano y a su legado al mundo de la literatura, periodismo, incluso a la izquierda política podemos comprender de mejor manera sus obras. Al leer su  ensayo “Crónica de la ciudad de Quito”  podemos imaginarnos al escritor y sus amigos compartiendo gratos momentos de solidaridad, amor, fiesta, aventuras, incluso problemas, peleas, discusiones, etc. Es decir sus grandes días cuando joven en una de tantas ciudades él las vivió temporalmente enriqueciéndose como persona.
En el cuerpo del texto observamos que le gustaba la vida bohemia sin ausencia de licor y mujeres  puesto que recorre las calles de Quito de arriba abajo  visitando amigos y enemigos aunque también el texto deja ver que era respetuoso de la ley “respeta  los semáforos”  un poco bandido porque no siempre pagaba pasaje, no era el mejor amigo de los choferes. No entiendo muy bien quién es Mishy, probablemente un apodo de uno de sus mejores amigos que al parecer no siempre entendía todos los relatos de Galeano, pero sí la idea en general.
Leyendo en profundidad apreciamos que su apodo era choco, éste era todo un Casanova, don Juan o  “enamorado” y además era bueno para una pelea “Pelea hasta con cuatro a la vez”, luego se sienta a contar sus aventuras. En una ocasión, sus amigos lo alejan de la ciudad, y lo abandonan ya que no había muchos recursos, pero al cabo de cuatro semanas  y dos días después de haber recorrido valles y montes sin apenas dinero  vuelve, exageradamente flaco y con heridas de sangre con una apatía hacia los sombreros, personal uniformado y motocicletas.

Josselin Torres

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